2. Medios convencionales de ayuda técnica en el proceso educativo de alumnos con discapacidad



2.1 Introducción y materiales convencionales

Hoy en día buscamos casi siempre la novedad, la innovación y el progreso y con eso a veces olvidamos también los valores, principios y potenciales de las cosas antiguas, idas y desfasadas. Eso cuenta en todos los ámbitos; la sociedad en general, en la casa y aquí particularmente en la escuela.
No siempre demuestran las altas tecnologías su utilidad, a veces aumentan cosas más sencillas todos los sentidos y la inteligencia, el lector piensa por ejemplo en juguetes infantiles de piezas de madera y su potencial pedagógico, en comparación con algunos nuevos juguetes donde tiene que apretar el niño sólo una tecla y la “maquinita” hace el resto. Específicamente pensamos en los medio convencionales en el proceso educativo de alumnos con discapacidad, los medio más sencillos como la pizarra, papelógrafo, los tableros, los títeres y marionetas (véase Gallego 2009: 25).
La pizarra, en el uso de la atención en la diversidad, es todavía el material convencional más común. Especialmente su fácil uso y su apoyo en la explicación son las ventajas en la atención educativa. Los inconvenientes, como la tiza (especialmente el polvo) o también el hecho que hay que limpiarla, los podemos cambiar en ventajas, como p.e. con la tiza se puede hacer dibujos bonitos en el patio, y con la limpieza podemos dar tareas al alumnado para que aprenda cosas básicas en su vida. También creo que todavía tiene tanto éxito la pizarra porque no quiere el protagonismo, ni el papel más importante, en comparación con la pizarra digital (véase más abajo), sino solo es un apoyo en las clases. En las clases el protagonista aún es el/la maestro/a o el/la profesor/a, con su voz, y no olvidemos también un material convencional, el libro. Una clase de la atención educativa con alumnos con necesidades especiales diversas es una clase de multitareas: escuchar, leer, escribir, prestar atención, hacer ejercicios, dialogar, hablar, dibujar etc.Más que nada aprendemos en las escuela, a lado del conocimiento, habilidades sociales, como el diálogo, el habla, la amistad, el respeto y la obediencia a mayores. Y a lado de eso los materiales convencionales más comunes aumentan los sentidos y la inteligencia, como p.e. los libros (aumentan la atención), el lápiz (aumenta la motricidad fina), la pizarra (normales o pizarras limpias), papélografo, o tableros (aumentan el pensamiento creativo, con el hecho de que son blancos).
Pero hoy en día la pizarra digital empieza a convertirse en un material didáctico convencional en el aula. Una ventaja de la nueva pizarra digital es el acceso inagotable a la información y su atractivo. Un estudio sobre la pizarra digital en la aplicación en el aula (especialmente en uso del entrenamiento de los prerequisitos lectores) confirma y concluye, que la pizarra digital aumentó la calidad educativa y “todos aprendieron jugando” (Vázquez Regueira et al. 2008: 529). Otras ventajas son que se puede proyectar multimedia, y que los alumnos pueden proyectar sus propias presentaciones (véase Gallego 2009: 29). Otra es el hecho de que la pizarra digital es especialmente el apoyo en la diversidad porque sus aplicaciones mediante el software pueden ser infinitas, p.e. una mejora en la visualización mediante cambios de contraste, explicación mediante voz del software o software interactiva de PICs (construir frases, Pics etc.) etc. El resto de las ventajas que tiene la pizarra digital con la otra en común, como el apoyo a la explicación, el permiso de realizar tareas colectivas, el uso conjunto (Profe-alumno), el permiso del modelado etc. Corre el riesgo como dicho de que la pizarra digital tome el protagonismo en la clase y empiece a ser el instrumento más valioso y importantes en las clases de la atención educativa de la diversidad, pero no lo es (véase más arriba). Otro riesgo que existe es el “corta y pega” de la información a través del “world wide web” y la no utilización del conocimiento a través de buscar fuentes, criticar, pensar y escribir (mediante la escritura el alumno memoriza la información). Por ejemplo, también que los profesores envían los contenidos de una hora por correos electrónicos a sus alumnos. Otro inconvenientes que encontramos en Gallego (2009: 39): el coste elevado, el gasto de formación y empleo (véase también (Vázquez Regueira et al. 2008).
Entre otras herramientas encontramos los tableros. El tablero es parecido a la pizarra, pero tiene la diferencia importante de que puede ser de forma permanente, por eso parece muy útil en la educación con atención al alumnado diverso. En las clases podemos colgar material didáctico que es especialmente interesante para recordar conceptos en general, estructuras gramaticales o mensajes escritos para todo los alumnos con alguna discapacidad, específicamente para alumnos con discapacidad auditiva (visualizar la palabra) o intelectual (recordar). Útiles para este función son también los tableros magnéticos (de números, letras, juegos) tableros para colgar mapas, diagramas, conceptos en todos los sentidos.
A parte podemos realizar con los tableros proyectos creativos y comunes. Por ejemplo, podemos juntos coleccionar y colgar textos, dibujos y artículos sobre cualquier tema y exponer las ideas durante varias semanas. Al público con necesidades especiales diversas les ofrecemos así una comunicación junta para hablar y dialogar en la clase o en patio. Otra forma es colgar información informativa sobre el instituto como p.e., fechas de fiestas, evaluaciones o de eventos etc., en este contexto hablamos de tableros informativos (véase Gallego 2009: 42).
Otra forma creativa son los tableros de fieltro, en el uso en la diversidad podemos cortarlo, pegarlo en tela y colgar en la pared. Con estos tableros podemos visualizar cuentos, narraciones o incluso hacer un material didáctico muy sencillo como letras, números, indicaciones o conceptos visual-espaciales con las clase. Con las tareas comunitarias como cortar, diseñar y pegar, mejoramos la motricidad fina (tijeras), el pensamiento creativo y visual-espacial. En su aplicación es más un material convencional para la educación infantil, en formo de un juego, y tareas en la comunidad. Un inconveniente es que las piezas de fieltro se han de diseñar previamente, con eso recortamos un poco la improvisación (véase Gallego 2009: 44).

Existen entre los materiales convencionales mucho más, en el contexto quiero abordar algunos más:

  • Juegos didácticos de mesa:
      • Rompecabezas (aumenta concentración, la inteligencia manipulativa y orientación espacial)
      • Juegos sensoriales
      • Juegos de atención selectiva (p.e. Lince, Quién es Quién)
      • Juegos de motricidad fina y gruesa etc.
      • etc. (véase p.e. www.didatecnia.com)
  • Tableros con circuito eléctrico: Especialmente para adquirir conocimiento
  • Los títeres y marionetas: Figuras o muñecos animados por un actor/maestro. Útil para estimular la imaginación, enriquecer el lenguaje, entrenamiento etc. (véase Gallego 2009: 48)
  • Retroproyector: Con este podemos proyectar hoyas y folios en un tamaño muy grande. Por eso especialmente útil para alumnos con problemas visuales. También centra la atención (véase Gallego 2009: 46).